27 de agosto de 2013

Me escondo en un rincón, y no dejo de llorar, de rabia, por perderte.
Son cosas de la vida, cuando los días se nublan y todo lo veo gris o simplemente no veo nada.
Ahora sé que no existen amigos, y claro que me duele haberte perdido de esa manera, porque aunque aparente que no me importa, que soy fuerte, en ocasiones yo también me derrumbo.

Son las cuatro de la mañana, y entre sollozos sigo pensando en ti, en ir por el camino fácil, o dejar mi orgullo atrás y decirte todo lo que pienso.

Porque por muchas veces que me he caidoo, siempre he sabido levantarme, y aunque no lo creas, aquí esta el vacío. Y no sé, porque te fuiste sin dar una explicación.

Al final uno acaba conviviendo con sus penas, porque fracasar es la norma.
Porque amigos solo hay uno de cada cien, ya me han fallado tantas veces, que perdí la cuenta, y me duele que tú estés entre esas veces.

Tengo un camino en la vida que debo escoger, si quieres puedes venir conmigo, porque aunque me duela, tengo la esperanza, aún, de que puedo recuperarte.

Y recuerda que yo perdono, pero nunca olvido.

Aprecia lo que tienes antes de que se te escape, entonces, será demasiado tarde para recuperarlo.


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