Aquella mañana, ella comenzaba su primer día de clase, estaba ilusionada, necesitaba un cambio en su vida, cambiar de lugar, de rutina, de lo que ella consideraba amistades, de rollos de una noche y de broncas al llegar a casa, quería olvidarse de todo eso y empezar de nuevo.
Entró en lo que sería su clase el resto del año y se sentó en el primer sitio que vió libre, estaba al lado de la ventana, podía ver los hermosos jardines que rodeaban el centro y a lo lejos la gente paseando por las calles; le gustaba aquel sitio. De pronto, quedó blanca, como si estuviera en una de sus pesadillas, esas que la atormentaban cada noche desde que comenzó la secundaria, lo vió a él, si, no podía ser otro, pelo negro, ojos color miel, cicatriz en la mejilla y cara de un chico encantador; pero su belleza no mostraba la persona que llevaba dentro. Él, junto con su pandilla de niñatos le habían hecho la vida imposible, ellos lo llamaban el líder, pero ella lo consideraba el chico más gilipollas que había conocido, hubo un tiempo en el que estuvo saliendo con él, todo comenzó siendo un rollo de una noche y no se como, la cosa fue a más, ¿Cómo pudo enamorarse de ese canalla?
Aún lo recuerda.. piensa que nunca podrá olvidar lo mucho que la hizo sufrir, y es que todo pasó tan deprisa... que sin quererlo él cambió completamente.
Comenzó a tratarla como uno de sus cigarros, esos que van de boca en boca hasta que se consumen, las palabras de amor fueron sustituidas por insultos y las caricias por bofetadas; pero no solo era él, sus amigos también le ponían la zancadilla por los pasillos, había motes, collejas, libros y apuntes rotos, empujones furtivos, humillaciones, escupitinajos.. en muchas ocasiones pidió ser ignorada y que todo el mundo le hiciera el vacío para no soportarlos más y poder llorar sola y en silencio. Fueron los dos peores años de su vida, no tenía ganas de comer, era imposible dormir por las noches y volver a verlo era el mayor de sus miedos.
Y en ese momento al verlo de nuevo, todo se le cayó encima, ¿ por qué era tan difícil evadirse y empezar desde cero? Nadie contestó, él la miró con odio y los ojos de ella comenzaron a llenarse de lágrimas.
Aquel chico le destrozó el resto de su vida.
Como le hubiera gustado conocer a alguien que la amara de verdad, que dedicara su tiempo y esfuerzo en reconstruir ese corazón tan delicado que poseía. Pero no había nadie, estaba sola, como siempre lo había estado.
Las personas no lloran porque son débiles, lloran porque han sido fuertes durante mucho tiempo.
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