13 de septiembre de 2018

Espuma blanca

Estaba dormida, de pronto abro los ojos y encuentro mis pies hundidos bajo la arena, alzo la vista y veo una gran playa, miles de kilómetros de arena fina y de un color marrón anaranjado; se mete entre mis dedos y me hace cosquillas, no se si es un sueño, en tal caso, se parece mucho a la realidad.
A lo lejos se extiende el ancho mar mucho más azul que el cielo, y en la orilla, finas líneas de espuma blanca se superponen unas a otras de forma desordenada, aparecen fruto de una grande y cada vez se hace más pequeña, hasta que desaparece como agua cristalina.
Y a lo lejos un montón de diminutas cabezas, forman una masa y se mueven al compás, de pronto una de ellas se levanta y comienza a deslizarse por las olas hasta que la cabeza desaparece.
 El suave viento mueve mi pelo, lo tengo en la cara; creo que optare por cogerme una coleta. El cielo se ha despejado, y el sol comienza a quemar mi piel, pero no voy a meterme en el agua, esta demasiado fría, o tal vez sea porque no quiero darle la razón a mis padres, que no paran de repetirme que me bañe. En tal caso, me quedare aquí sentada, acariciando la arena con la palma de la mano, mientras leo un buen libro.
Al poco rato, me acerco hacia la orilla y me meto en el agua, las grandes olas rompen contra mi, yo me zambullo bajo ellas para esquivarlas.
Me encanta quedar solo con mi pequeña cabeza sobre la superficie para ver como viene hacia mi una gran cantidad de espuma blanca, y hace que me sumerja; ese frescor sobre mi rostro... Me gusta escuchar como se acercan las olas y se estrellan en mi cara, como una cantidad de agua salada increíble lo invade todo. Si, esta fría, pero no importa, es agradable.

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