Un cero a la izquierda.
¿Cómo curamos la soledad interna?
Me mata por dentro el pasar de la vida desde mi ventana,
y no comprendo a nadie.
Ni a mi misma, conmigo misma.
Con mis silencios, mis quejas, mi gritos ahogados.
La miseria de tenerme, como un cero a la izquierda.
¿Valgo la pena?
Quiero arder en la hoguera,
como pueblo que arde por la rabia de sus venas.
Sin temor.
Esta soga invisible que rodea mi cuello,
necesito caer,
ver si alguien me echa de menos, o de más.
Observar el mundo desde arriba,
volar sobre los campos de gris ceniza.
Irme,
quizás no volver.
18 de septiembre de 2018
Añoro las gotas de carbón deslizándose entre las ventanas
y el humo de agua que se esfumaba de entre las nubes.
Añoro los campos verdes en invierno, y secos en primavera.
Queremos morir, pero seguir respirando.
Y hay cosas que solo existen en un mundo al revés, como el volver atrás.
¿Qué diferencia el pasado del presente?
¿Y el presente del futuro?
¿Por qué las cosas tienen un sentido sin sentido que me cuesta comprender?
Camino hacia atrás como gusano en la montaña
Añoro las caricias que no me diste
Y siempre deseé que me miraras más
Queremos lo que no tenemos.
Y cuando lo poseemos, quizás no lo apreciamos, y a veces nos sabe a menos
A menos que más, y más que mejor.
Nado como lechuza en el cielo azul
y el humo de agua que se esfumaba de entre las nubes.
Añoro los campos verdes en invierno, y secos en primavera.
Queremos morir, pero seguir respirando.
Y hay cosas que solo existen en un mundo al revés, como el volver atrás.
¿Qué diferencia el pasado del presente?
¿Y el presente del futuro?
¿Por qué las cosas tienen un sentido sin sentido que me cuesta comprender?
Camino hacia atrás como gusano en la montaña
Añoro las caricias que no me diste
Y siempre deseé que me miraras más
Queremos lo que no tenemos.
Y cuando lo poseemos, quizás no lo apreciamos, y a veces nos sabe a menos
A menos que más, y más que mejor.
Nado como lechuza en el cielo azul
13 de septiembre de 2018
Las 10, sentada en la arena de la playa, el sol ya se ha escondido y comienza a anochecer, los pájaros vuelan hacia sus nidos y picotean en la orilla en busca de cangrejos que quedan en la arena por la bajamar; una gaviota vuela por encima de mi, ha sido solo un instante pero he podido observar su vuelo, el color de su plumaje y su pico afilado; escucho el mar, como las olas rompen fuertemente contra las rocas, también se escucha una música, yo diría que es oriental, ahora mismo no hace frío, aunque en ocasiones corre un poco de brisa que eriza mi piel, soy feliz, estoy agusto, y pienso en todo lo que me rodea, en lo afortunada que soy.
Me doy prisa en escribir, mi familia viene por ahí y no quiero que vean escribiendo, como miro al infinito y desenvaino una sonrisa porque estoy invadida por mis pensamientos.
Estoy esperando a que salgan las estrellas, para contarlas una a una y soñar despierta, o quedarme durante un rato dormida, pensando en él, como desearía que estuviera conmigo, poder mirarlo mientras el contempla el cielo, entrelazar sus dedos con los míos, contar historias; y cuando haga frío, recibir un abrazo suyo.
Sería bonito dormir en la playa; que me despertaran sus besos, en lugar del amanecer (como ocurre cada mañana), que fuera una noche única, como tantas que he pasado junto a él, una noche entera, que encabezara el primer puesto de la lista.
Cerrar los ojos y sentir su aliento, su calor, la suavidad de su piel. Puff... Respiro hondo y no pierdo la esperanza de poder vivir esto algún día.
Me doy prisa en escribir, mi familia viene por ahí y no quiero que vean escribiendo, como miro al infinito y desenvaino una sonrisa porque estoy invadida por mis pensamientos.
Estoy esperando a que salgan las estrellas, para contarlas una a una y soñar despierta, o quedarme durante un rato dormida, pensando en él, como desearía que estuviera conmigo, poder mirarlo mientras el contempla el cielo, entrelazar sus dedos con los míos, contar historias; y cuando haga frío, recibir un abrazo suyo.
Sería bonito dormir en la playa; que me despertaran sus besos, en lugar del amanecer (como ocurre cada mañana), que fuera una noche única, como tantas que he pasado junto a él, una noche entera, que encabezara el primer puesto de la lista.
Cerrar los ojos y sentir su aliento, su calor, la suavidad de su piel. Puff... Respiro hondo y no pierdo la esperanza de poder vivir esto algún día.
Espuma blanca
Estaba dormida, de pronto abro los ojos y encuentro mis pies hundidos bajo la arena, alzo la vista y veo una gran playa, miles de kilómetros de arena fina y de un color marrón anaranjado; se mete entre mis dedos y me hace cosquillas, no se si es un sueño, en tal caso, se parece mucho a la realidad.
A lo lejos se extiende el ancho mar mucho más azul que el cielo, y en la orilla, finas líneas de espuma blanca se superponen unas a otras de forma desordenada, aparecen fruto de una grande y cada vez se hace más pequeña, hasta que desaparece como agua cristalina.
Y a lo lejos un montón de diminutas cabezas, forman una masa y se mueven al compás, de pronto una de ellas se levanta y comienza a deslizarse por las olas hasta que la cabeza desaparece.
El suave viento mueve mi pelo, lo tengo en la cara; creo que optare por cogerme una coleta. El cielo se ha despejado, y el sol comienza a quemar mi piel, pero no voy a meterme en el agua, esta demasiado fría, o tal vez sea porque no quiero darle la razón a mis padres, que no paran de repetirme que me bañe. En tal caso, me quedare aquí sentada, acariciando la arena con la palma de la mano, mientras leo un buen libro.
Al poco rato, me acerco hacia la orilla y me meto en el agua, las grandes olas rompen contra mi, yo me zambullo bajo ellas para esquivarlas.
Me encanta quedar solo con mi pequeña cabeza sobre la superficie para ver como viene hacia mi una gran cantidad de espuma blanca, y hace que me sumerja; ese frescor sobre mi rostro... Me gusta escuchar como se acercan las olas y se estrellan en mi cara, como una cantidad de agua salada increíble lo invade todo. Si, esta fría, pero no importa, es agradable.
A lo lejos se extiende el ancho mar mucho más azul que el cielo, y en la orilla, finas líneas de espuma blanca se superponen unas a otras de forma desordenada, aparecen fruto de una grande y cada vez se hace más pequeña, hasta que desaparece como agua cristalina.
Y a lo lejos un montón de diminutas cabezas, forman una masa y se mueven al compás, de pronto una de ellas se levanta y comienza a deslizarse por las olas hasta que la cabeza desaparece.
El suave viento mueve mi pelo, lo tengo en la cara; creo que optare por cogerme una coleta. El cielo se ha despejado, y el sol comienza a quemar mi piel, pero no voy a meterme en el agua, esta demasiado fría, o tal vez sea porque no quiero darle la razón a mis padres, que no paran de repetirme que me bañe. En tal caso, me quedare aquí sentada, acariciando la arena con la palma de la mano, mientras leo un buen libro.
Al poco rato, me acerco hacia la orilla y me meto en el agua, las grandes olas rompen contra mi, yo me zambullo bajo ellas para esquivarlas.
Me encanta quedar solo con mi pequeña cabeza sobre la superficie para ver como viene hacia mi una gran cantidad de espuma blanca, y hace que me sumerja; ese frescor sobre mi rostro... Me gusta escuchar como se acercan las olas y se estrellan en mi cara, como una cantidad de agua salada increíble lo invade todo. Si, esta fría, pero no importa, es agradable.
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