28 de mayo de 2017

Me olvidé de respirar al ver la cama donde se hundía mi mundo.
Prometí no caer si era un sueño.
Tus caderas marcaban mi rumbo.
Ahora piso las calles esperando a que vuelvas.
Me olvidé de las lágrimas.
Tuyas son las espinas que tengo clavadas en lo que queda de corazón.
Vuelve el frío.
No puedo acurrucarme entre tu pelo.
Nado sola dentro de esta habitación.

Vamos a ver de nuevo el Sol.
Quitar la penumbra.
Admirar la Luna.

17 de mayo de 2017

Negro, oscuro, veo mi reflejo en la ventana del bus, iluminado por una luz blanca que te cierra las pupilas, esa que me recuerda a un pasillo de hospital.
Mi cabeza vibra y se tambalea de un lado a otro, dando golpes contra el frío cristal, al mismo tiempo que el sonido del motor resuena dentro de mi tímpano.
Veo las luces anaranjadas y difuminadas, son las luces de mi pueblo; me producen calma, pronto llegaré a casa.
Huele a pino, mezclado con gasolina, hemos vuelto al oxidado autobús, con sudor en los asientos, las barandillas desconchadas, chicles en los respaldos... Creo que estas cosas se echaban de menos. Tras ver Granada iluminada, pulso el botón rojo de manera automática y espero a que el bus se pare, concentrada en no caerme, ya pasó una vez y no es algo que quiera repetir, pero esa, es otra historia.
Bajo dando un salto y corro hacia la fuente para llenarme la boca del agua fresca que sale del caño, es el agua de mi pueblo.

Normalmente corro a casa, pero hoy estoy demasiado cansada y prefiero ir a paso lento, con los ojos entornados para formar estrellas naranjas en la noche.
Llego a la puerta, abro despacio y todo queda en silencio, solo se escucha el eco de un avión por el cielo y las hojas de laurel moviéndose en el viento.

6 de mayo de 2017

Y te sigo como una brizna de lluvia.
Te sigo como una espiga de trigo fresco, recién cortado.
Te sigo con el viento, que cala entre las comisuras de los huesos.
Río bravo que me arrastra, la zarza que no me deja ir.
Te sigo con el aire de tu aliento.
¡Ay!
Amor que mata.
Amor que duele.
Déjame escapar, que merezco estar sola.
Sola por amarte...