27 de noviembre de 2016
Sabemos que el hombre blanco no entiende nuestros caminos. Es un extraño que llega por la noche y toma del país lo que necesita. La tierra no es su amiga, sino su enemiga, y cuando la ha conquistado, se marcha a otro lugar. Les secuestra la tierra a sus hijos. Su ansia devorará la tierra y dejará tras de sí un desierto. Si todos los animales desaparecieran, moriríamos debido a una gran soledad del espíritu, pues lo que les sucede a los animales, también nos sucede a nosotros. Lo que acontece a la Tierra, les acontece a los hijos de la Tierra.
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