Cerré los ojos
y te ví a tí.
Como casi siempre
me ocurre desde que
te conocí.
Pero ahora al entornarlos
no se si es placer o dolor lo que embriaga mi alma
si amor o pena
si soledad o por el contrario, compañía.
Ya no se
ni lo que soy
ni lo que quiero.
Incluso
tampoco sé
lo que puedo llegar a dar
por tal de no perderte.
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