La vida en verde

Veo la vida en verde.

Verdes los campos en primavera, 

después de un día de lluvia. 

Verde la encina.

Verde el jaramago.

Veo la vida, verde

claro, oscuro, pistacho.

Veo líneas de tierra, 

caminos hacia el sur, 

el color piel, 

la madera del cayuco.

Andalucía, verde la oliva.

Veo gris, roca de la montaña.

Azul en las alturas

y finos rayos amarillos entre las nubes.

Tormenta, días grises,

acciones positivas que florecen,

entre el verde que nos rodea. 

"Hoy, optimista,

me prefiero fijar,

en las personas hermosas, 

que marcan la diferencia"

Sin fronteras

No podemos ser ajenos a lo que ocurre en el resto de países.
Debemos estar unidos.
Dejar las fronteras.
Porque este virus NO entiende de fronteras.

Hoy terminé de leer el libro de Albert Espinosa
"Lo que te diré cuando te vuelva a ver"

¿Qué diré yo cuando vuelva a ver a todo el mundo que extraño?
¿Qué te diré a ti mi amor cuando te vuelva a ver?

Parece que vivimos en una película que rebobinamos continuamente.
Hoy, cansada de pensar.
He decidido refugiarme en los libros.
Las historias hacen volar a tu mente.
Y creo que eso es justo lo que ahora necesito
VOLAR.

Aquí vivo, en silencio.
En un continuo diálogo con mi yo interior.

Olor del viento

Veo el sol brillante de la tarde caer del cielo,
como caen las gotas de lluvia.
El contraste con las nubes grises 
y ese rayo de luz que me ciega.
Me da la sensación de sentirme más viva, 
más libre.
Cada vez tengo más ganas de saltar 
y dejar que me sujete ese viento capaz de viajar a todas partes.
Ese viento con olor a hojas mojadas, 
a bosque profundo, 
a resina y aciculas de pino, 
a geosmina, 
olor a mar y a tierras lejanas. 
Olor a libertad.
Viento que acuna con su esencia, con su cantar.
Me trae voces que añoro, 
rasgueos de guitarra,
timbales que resuenan.
Y si me concentro, también me trae besos, 
sonrisas, 
momentos guardados en mi mente en los que realmente fuí feliz.
Como ahora, soy feliz 
escribiendo mientras viajo a Oriente, 
con el azul mar y la arena del desierto abrasando mi piel.

Mientras muere la brisa nocturna de este pueblo de montaña, 

contemplo la silueta oscura de la roca que no se ve.

Mientras imagino que dibujo una línea sobre su contorno, 

te miro los ojos y el corazón, 

sintiendo sin sentido.

Ser y no ser

Podemos volver al ser y no ser
Al no sentir las curvas de tu pelo.
A veces veo galopar tu mirada sobre el horizonte, sin pausa, fugaz.
Y me pregunto que es lo que lleva a tus pupilas a vivir tan deprisa.
Parece que no te gusta contemplar.

La vida fluye mientras la sigues con los ojos,
esperando a que te mire.
Mientras tanto, el tacto, el gusto,
el oído, el olfato y el sexto sentido
desaparecen.

Sólo quieres perseguir la VIDA.
Viva, superflua, rápida, sin contemplación,
sumisa y leve ante tus ojos.

El frío, el silencio y la soledad son estados que en el futuro serán más preciosos que el oro.

Alimentar mi alma y crecer como persona

"Vine a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentar solo los hechos esenciales de la vida y ver que era lo que tenían que enseñarme. No fuese, que cuando estuviera por morir, descubriera que no había vivido" 

Henry David Thoreau __ Walden, La vida en los Bosques

Mulhacén

Contemplando el Mulhacén, me desnudo ante su belleza.
Me abruma su majestuosidad, al igual que la brillante vía láctea que reposa sobre mi cabeza.
Despojada de las cosas banales de la vida, esta montaña me atrapa y no me deja ir.
Creo que ha seducido a mi alma.

Vida seca, consumida
Necesito libertad
Sentir el fluir de la vida

Vida que se agota en las cosas superfluas de la sociedad angosta, caótica y fugaz que nos domina.
Vivamos para el amor, para vivir amando.
Con libertad, sin opresión en el pecho.
Y cuando salgamos al atardecer de cada ocaso, sentiremos en el interior el día vivido.
Cuando amanezca, esperaremos con ansias las bellezas que esconde la vida.
Y que nosotros, ajenos a todo lo bello, dominados por la superficialidad; al fin abriremos los sentidos, percibiendo lo que nos rodea de una manera más pura, más intensa.

Necesito el Fluir de la Vida

Sube alto

Asciende

Elévate y mira hacia arriba.

La cordillera se extiende

Grandiosa

Infinita ante tus ojos.

Sube alto

Contempla

Respira hondo y vive

Vive feliz

Vive libre.

La brisa te toca

Da aliento, respiro

No puedes verla, pero sí sentirla.

Te da paz

Silencio

Calma

Dulce brisa

Viento de la montaña

Desciende por las laderas hasta la Vega de Granada.

Las cordilleras se elevan y el humano crece.

¿Crecemos en espíritu?

A veces, lo único que crece es nuestro ego marchito.

“¿Vivimos para morir o morimos para seguir viviendo?”

Inmortales y artificiales

Así, como quiere la mayoría.

Porque la minoría nunca suma.

Y atracados en el bucle de lo antinatural

La naturaleza del hombre se desvanece y muere.

Acaríciame el pecho y las ganas de vivir,
entre la nieve color violeta,
huele a geosmina.
Acaríciame la vida, tan lenta y bella,
como contemplar un atardecer.
Vuelve a tu tierra